El presidente está acompañado por dos asesores: un veterinario y un técnico taurino que le aconsejan en la toma de decisiones
La Presidencia de la plaza de toros es la máxima autoridad del festejo y su presidente quien dirige el desarrollo de la corrida.
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Presidente
Habitualmente ocupa el cargo un alto mando policial, como un comisario, o un Delegado de Gobierno de la localidad. Ha de velar y exigir el cumplimiento del Reglamento para garantizar el normal trancurso de la lidia, y sancionar cuando sea necesario.
En el palco le acompañan dos personas cuya labor es asesorarle en sus decisiones. Se trata de un veterinario, que tendrá mayor conocimiento de los animales, y un técnico taurino con comprobados conocimientos. Sus opiniones no son vinculantes ya que la última palabra siempre la tiene el Presidente, pero tratan de unificar su criterio.
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Pañuelos
El Presidente dispone de cinco pañuelos de distintos colores con los que da las órdenes y se comunica con el ruedo y el callejón para que sean atendidas:
– Blanco; es el que más veces vemos asomar. Marca el comienzo de la corrida, la salida de cada toro, los cambios de tercio, los avisos y los trofeos.
– Verde; indica la devolución del toro a los corrales, por algún problema físico.
– Rojo; ordena poner banderillas negras al toro, cuando es tal la mansedumbre que no acude al caballo.
– Azul; para conceder la vuelta al ruedo del animal. El público la pide en reconocimiento a la buena condición de un toro y el presidente la otorga.
– Naranja; es el reconocimiento máximo a un toro, concediéndole el indulto cuando por su bravura se gana la vida en el ruedo y vuelve al campo. Lo pide el público y torero y ganadero tienen que estar de acuerdo.
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Trofeos
– El primero trofeo es una oreja; la concede el público pidiéndola por mayoría agitando sus pañuelos y el Presidente tiene que obedecer a la soberanía.
– La segunda oreja; es el Presidente quien decide darla, simepre que continúe la petición y la actuación del matador con capote, muleta y espada lo merezca.
– El rabo; otorgar las dos orejas y el rabo supone la excelencia en toda la faena, también bajo el criterio del Presidente.
El papel del Presidente no es fácil, frecuentemente sufre las protestas y críticas de los tendidoa, haga lo que haga… Y es que en esta fiesta nunca llueve a gusto de todos.
¡Feliz semana, taurinos!