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Las 5 mejores faenas de El Juli

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Las cinco faenas que marcan la carrera de El Juli en Madrid 

Julian López “El Juli” se despide de Las Ventas el próximo 30 de septiembre, en el primer festejo de la Feria de Otoño. El torero madrileño dice adiós a Madrid 24 horas antes de la que se supone su retirada definitiva de los ruedos, el 1 de octubre en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.  

Su currículum sólo cuenta con una Puerta Grande en la monumental capitalina, lejos de la cosecha de otros compañeros de su generación como Castella, Perera o Talavante, pero El Juli cuenta en su haber con cinco faenas que definen su tauromaquia y marcan su trayectoria en este coso. ¿Por qué sólo la del San Isidro de 2007 ameritó su salida en hombros? Porque el peso de la púrpura cuenta, y el rasero con que palco y aficionados midieron lo realizado por el torero en el ruedo se pasó de riguroso.  

“El Juli” ya le cortó dos orejas a un novillo de Alcurrucén la tarde de su presentación como novillero en Madrid, festejo para el que agotó las entradas, apenas unos días antes de convertirse en matador en la Feria de la Vendimia de Nîmes. Corría el año 1998. Un lustro pasó para que Julián, que ya había cortado algunas orejas en Las Ventas, inmortalizara su primera gran faena en este ruedo.  

Fue en la Corrida de la Prensa de 2003, en la que actuó en solitario frente a reses de distintas ganaderías y encastes. Se prodigó en quites, puso banderillas, aplicó la lidia que requirió cada astado y a pesar de las pocas opciones que ofreció la corrida, se desenvolvió de modo impecable, por encima de las circunstancias… hasta que salió el quinto de Fuente Ymbro.  

A ese toro, el toro de la tarde, El Juli lo cuajó con la mano izquierda en series de una gran rotundidad. Roto, entregado, rebelado contra las circunstancias y los elementos, su faena tuvo peso y mensaje. Porque tras la retirada de José Tomás y con Joselito y Ponce la otro la del río, Julián se quedó solo en la cumbre, muchos dudaron de él, otros lo pusieron a prueba, y El Juli demostró que tenía fibra, carácter y correa para sostener el cetro. 

Su encuentro con “Novelero” y “Cantapájaros” 

Tres sanisidros después el destino le juntó con “Novelero”, un sobrero de Ana María Bohórquez al que impone un toreo de mucho mando, sometimiento y dominio. Fue una faena medida, casi perfecta, que resumió en cuatro o cinco series, siempre descritas con la mano muy baja, toda la tauromaquia julista, que gobernó al toro del mismo modo que gobernaba el toreo. 

Se pidieron las dos orejas pero el presidente, de modo inexplicable, sólo concedió una, tal y como sucedió al año siguiente con “Cantapájaros”, un toro de Victoriano del Río al que El Juli cuajó su faena más recordad a en Madrid, y posiblemente también, la más importante de todas las realizadas en el palenque venteño.  

Aquel 23 de mayo de 2007 El Juli toreó en Madrid como siempre había soñado torear en Las Ventas. La faena tuvo sometimiento pero también regusto y, sobre todo con la mano zurda, se vio un toreo más natural, pero de una hondura y una profundidad descomunales. El presidente volvió a dar la nota denegándole la segunda oreja, y El Juli fue obligado a dar dos vueltas al ruedo. Luego arrancaría otra oreja del quinto, un toro más remiso, para conseguir esa ansiada Puerta Grande con la que aún no contaba su currículum. 

Desde ese día Madrid empezó a mirar a El Juli con otros ojos. El torero empezó a saborear cada paseíllo en el foro y después de algunas orejas sueltas y varias actuaciones destacadas, llegó la feria de 2018, donde se encontró con “Licenciado”, un gran toro de Alcurrucén al que imantó a su muleta de modo soberano, con una aureola de maestro que ya era reconocida y aceptada por todos los estamentos de este negocio, critica, público y profesionales. Con la plaza materialmente rendida, fue la espada en esta ocasión la que impidió que el madrileño sumara su segunda salida en hombros en este coso. Solo paseó una oreja pero todos consideraron aquella obra como la más completa de aquella feria. 

Su última gran tarde en Madrid (hasta ahora) tuvo por escenario la Feria de San Isidro de 2022. El Juli tuvo el gesto de apuntarse a la corrida de La Quinta y dio una tarde soberbia. Por su capacidad y por el modo de imponerse a los santacolomas de la familia Martínez Conradi. Cortó una oreja de su primero pero la obra grande vino en el quinto, toro incierto al que entendió de modo asombroso y acabó metiendo en el canasto con pasmosa destreza. Volvió a rugir Madrid de verdad. Volvió a entregarse a la verdad de su toreo, y se preparó de nuevo para izarle en volandas. Pero, otra vez, la espada se interpuso.  

Las dos vueltas al ruedo que le obligaron a dar nunca las olvidará un torero que ahora llega a la meta con una hoja de servicios para leer despacio. Madrid le espera, le siente suyo y, después de aquellos años de exigencia intransigente ahora hasta presume de él. Y como tal se volcará en una despedida que promete ser histórica e inolvidable a partes iguales. 

Jose Miguel Arruego

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Etiquetas: , , , , , , , , , Last modified: 2 octubre, 2023
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