La suerte en los toros. Todo un mundo de magia y supersticiones para conseguir una corrida triunfal.
Cuando hablamos de suerte, el diccionario lo define como la existencia de una serie de hechos o situaciones, afortunadas o desafortunadas, que se dan debido a la casualidad, al azar o a causas que nosotros desconocemos y que están fuera de nuestro control.
La suerte cuando se habla de tauromaquia se necesita, se pide y se desea en todo momento:
– Antes de la lidia, a las 11 de la mañana, los veterinarios reconocen a los toros y en presencia de autoridades competentes, el representante de la empresa, el del ganadero y los de los toreros hacen el sorteo de los toros jugando a suerte los astados que formarán los lotes de cada unos de los maestros. El azar está presente, para ello depositan en un sombrero tarjetas con los nombres y números de las reses. Cada apoderado extrae dos tarjetas «La suerte está echada».
– Oraciones, ritos y protocolos: Se hacen por costumbre, unas se enseñan y otras se inventan. La montera sobre la cama, el calzado en el suelo, el gato negro, el martes 13, el fundón del mozo de espadas, altares repletos de estampas, oraciones en la capilla de la plaza y es que en este arte, no se conocen toreros ateos. Todo un ritual en el que siempre está presente el miedo a ser embestido y el deseo de atraer la buena suerte, la que ayudará a salir con los trofeos por la puerta grande.
– «Que Dios reparta suerte» es el saludo de los toreros al llegar a la plaza, también se desea la buena suerte al ganadero, al apoderado y al empresario para que la corrida resulte triunfal. Incluso los propios aficionados animan a los toreros con frases del tipo «A ver si hay suerte esta tarde maestro»
– Durante la corrida, son muchas las supersticiones que atraen o espantan a la suerte. Llevar un traje de luces amarillo o tropezarse en el paseíllo, pueden ser el preludio de algo que nadie quierre que ocurra.
– Los tiempos de la corrida de dividen en 2 suertes «La suerte de capote» y la «suerte de muleta»
– Brindar el toro arrojando la montera sobre la arena para que los machos caigan abajo, significan buena suerte en la faena.
Un torero se juega la vida cada vez que sale al coso taurino. Un error puede resultar muy grave y una cornada un poco más arriba o abajo, puede ser mortal. Aquí entra en juego la Suerte. Para tenerla, todavía no se ha creado un elixir. La única receta para tener más es la confianza en uno mismo, una buena preparación, una exclente forma física y no dejar nada al azar. Ya lo decía Stephen Crane, «Creo muchísmo en la suerte. Cuanto más trabajo, más suerte tengo»