El León Arena, o cómo ver toros en clase preferente

La plaza de toros de León fue uno de los primeros cosos de España en cubrirse. A modo y manera de La Misericordia de Zaragoza, el inmueble leonés, que data de 1948, fue techado en el año 2000, como culminación de un proceso de reforma y remozado que lo devolvió a la actividad, y no sólo como recinto taurino.

De “El coso de El Parque”, como siempre se denominó, pasó a conocerse con el sobrenombre de “León Arena”, y bajo su techumbre se han celebrado espectáculos de todo tipo, como partidos de baloncesto y balonmano, mítines políticos, conciertos,  eventos culturales y convenciones y actos privados de distintas empresas.

Sin embargo, el edificio es, por encima de todo, una plaza de toros. Con esa idea la compró en los años 90 del pasado siglo el empresario Gustavo Postigo y con ese pensamiento inició el citado proceso de modernización, que además de la cúpula, afectó, fundamentalmente, a los tendidos.

Lejos de las incomodidades de otras plazas, no sólo desde el punto de vista climático, en León los asientos están formados por butacas de plástico, individuales, con respaldo, para disfrutar del festejo con el máximo confort. Como si se tratara de ver toros en clase preferente o en localidades premium.