El Toro: La Anatomía
La anatomía es la ciencia que estudia la forma, situación, disposición, volumen, y estructura de los órganos que constituyen los seres organizados. En este artículo hablaremos de las características ideales anatómicamente de nuestro Toro de Lidia.
El Toro de Lidia es un animal complejo con una característica muy importante, su gran capacidad de reacción tisular frente a los traumatismos en general, (no quiere decir que no se preste atención a ciertas heridas, que si no tienen buen drenaje pueden resultar mortales).
Es un extenso tema, en el que podríamos hablar de sus huesos, articulaciones, músculos etc, pero nos centraremos en lo que vemos del toro en cuanto sale a la Arena.
¿Cómo deben ser las características del toro de Lidia?:
- El trapío: es el aspecto exterior del toro bravo. Las diferencias de un toro bravo a uno doméstico radican en todo lo que se refiere a su crianza, su temperamento y sobre todo, a su físico.
- La mayor parte del peso del animal recae sobre los cuartos delanteros.
- Las pezuñas: deben de ser pequeñas y redondas.
- El rabo: tiene que llegar hasta los prominentes jarretes y ser espeso al final.
- El morrillo, que es la masiva joroba de músculos situada, detrás de la nuca, tiene que ser muy pronunciada, dilatándose cuando se excita.
- La cabeza: debe terminar en un hocico pequeño, un morro ancho y una nariz húmeda que es síntoma de buena salud.
- Los Cuernos: tienen que ser mínimo de 8 cm y estar brillantes.
- El toro bravo es capaz de correr más rápido que un caballo en distancias cortas, desde una salida parada, y posee una gran fuerza.
La belleza de un toro bravo es más apreciable para los entendidos que para la gente que nunca ha visto ni sabe las diferencias entre un toro doméstico a un toro bravo.
La visión del Toro
El toro ve dos imágenes distintas y separadas.
Ante estas dos imágenes el toro da prioridad a la imagen con el estímulo del movimiento. El toro tiene las dos imágenes; la del torero y la del movimiento del capote, antes estas dos imágenes el toro embiste a la que tiene movimiento y la del torero lo deja en segundo plano. El toro ataca a la imagen que esta más cerca y que tiene movimiento. También se dice que el toro es daltónico y que sufre de hipermetropía.
En este dibujo se ve como el toro posee una zona ciega, delante del toro llamada anticono. Los toreros juegan con esa doble imagen que tiene el toro y ese anticono de ceguera.
Detrás de la órbita ocular hay una masa (posorbital) de grasa que actúa como un amortiguador para evitar daños y lesiones en el ojo. Esta masa de grasa se adhiere al tercer párpado y cualquier presión externa o intrusión sobre el ojo lleva a la masa de grasa a activar el tercer párpado, llevándolo sobre la córnea para su protección, restringiendo así aun más la visión. Cuando el toro baja la cabeza para comer los pastos, se ha notado que el tercer párpado entra en funcionamiento frecuentemente para proteger al ojo de la espinosa vegetación.
En consecuencia, cuando el toro baja la cabeza para seguir al engaño en el ruedo, (posición clasificada acertadamente por los expertos como la ideal para conseguir el máximo control del animal) es razonable creer y es posible observarlo a veces que el tercer párpado entra en acción a menudo como una función reflexiva de su postura cuando pasta. El resultado de este acto reflexivo es que la visión del toro se restringe aún más, hasta el punto de que se crea una zona ciega con forma de túnel, cuya anchura aproximada es la distancia existente entre los centros respectivos de los ojos, en que penetra el anticono ( ya convertida en zona ciega), y las zonas periféricas (donde alguna visión existía).
Les dejamos con unas hermosas imágenes del artista Kovatchev y su punto de vista de la anatomía del toro bravo.