7 de Julio ¡San Fermín!
Cuando llegan estas fechas no es posible, y no solo para los aficionados a los toros, olvidarse que en Pamplona se celebra, posiblemente, la fiesta más universal de todo el planeta. Fiesta que gira, curiosamente y para que se enteren unos cuantos, en torno al toro. Mañana y tarde Pamplona concita el máximo interés.
Por la mañana para todos, por la tarde se centra más en los aficionados, pero sin que deje de estar presente el pueblo llano a través del color y del ruido de las peñas pamplonicas.
Una feria diferente y unos carteles diferentes. En ellos tienen cabida ganaderías y toreros que no entran en otras ferias. Pamplona cuida esos detalles. Sabe de los toreros que van haciendo méritos en las ferias precedentes, así como da paso a esos encastes que no gustan en las plazas amables.
Aquí la amabilidad es para todos. Ganaderos y toreros reciben emolumentos dignos, muy por encima de los que pagan otras empresas. Para los toreros, concretamente, es encontrar en muchos casos el sustento de la temporada. Además, por si fuera poco premio el cobro por su actuación, ésta va a repercutir en su próxima contratación en el siguiente San Fermín.
Si todas las ferias, las empresas, obraran igual, nos encontraríamos con una fiesta más justa y equilibrada en todos los aspectos.
Los aficionados que acuden a la capital navarra van a disfrutar, también, de mucha fiesta paralela. Las calles son una continuación del encierro y de la corrida, de uno a otra y de una a otro nos les ha de faltar divertimento.
Claro que conseguir entradas no es precisamente fácil dada la afluencia masiva de gentes de todos los lugares del mundo. Si no lo ha visto nunca, acérquese, no deje de participar y sentir lo que es vivir desde dentro San Fermín.
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