Azpeitia: Solera y personalidad

De todas las ferias del calendario, Azpeitia quizá sea la más peculiar. Primero de todo, por su ubicación, en el valle del Urola, en las faldas del macizo de Izarraitz, donde se localiza su recoleto coso taurino, que data de 1903 y en el que han hecho el paseíllo las principales figuras del toreo a lo largo de su más que centenaria historia.

Ver toros en esta localidad guipuzcoana no tiene parangón, pero… además de por su localización geográfica, ¿qué hace que la Feria de San Ignacio sea distinta al resto? Fundamentalmente, su composición. La Comisión Taurina, con Joxin Iriarte a la cabeza, contrata toreros emergentes, algunos incluso apuestas personales de la organización, que tienen la oportunidad de salir a escena en un escaparate tan sugerente. Paco Ureña o Alberto Aguilar, por citar un par de casos, son ejemplos de toreros que relanzaron su carrera en la bombonera azpeitiarra.

Otro de los aspectos que distinguen y dignifican este abono es el toro. La materia prima se cuida con esmero en su selección, de tal modo que, normalmente, las tres ganaderías de las que consta el ciclo suelen pertenecen a encastes diferentes, y desde luego, a vacadas poco convencionales, de esas que no se prodigan con frecuencia en los seriales de capitales. 

En cuanto a las figuras, en Azpeitia comparecen con mesura. Por el presupuesto del serial y por la filosofía de la programación. Una o dos cada temporada, y casi nunca en la misma combinación, de tal modo que los carteles no se parecen en nada a los que se ofertan en otras plazas. Aquí radica la personalidad y el interés que cada año suscita Azpeitia entre los aficionados. En ver en sus tres mil y pico escaños algo diferente y exclusivo.

Y por último, el carácter altruista de la feria, pues cada año, la Comisión reparte los beneficios de la misma entre distintas entidades y asociaciones sin ánimo de lucro, como Cáritas o las Siervas de María. El pasado año por ejemplo, fueron 13.000 euros (una cantidad nada desdeñable) el importe del cheque que extendieron los organizadores a distintas sociedades benefactoras.

Después de tanto argumento, es hora de desgranar los carteles de 2024, en los que se dan cita ganaderías del gusto torista como Murteira Grave, o baluartes del encaste Santa Coloma, caso de Ana Romero. Está anunciado Morante, después de su brillante presentación de hace un par de temporadas, Daniel Luque, gran ídolo de Azpeitia, hará dos tardes el paseíllo, y Borja Jiménez, gran triunfador de San Isidro, también se dejará ver por los “saningnacios”, igual que otro referente de la temporada, Juan Ortega.

Un clásico como Diego Urdiales o el venezolano Colombo, que abrió la Puerta Grande en la última edición, son otros de los privilegiados en hollar el ceniciento ruedo guipuzcoano en esta edición. El francés Clemente o el murciano Jorge Martínez son las apuestas de la Comisión. Y seguro que no les van a dejar en mal lugar a quienes les han echado el ojo. Del 31 de julio al 2 de agosto tienes una cita con una feria única, con un ambiente diferente y un entorno insuperable. ¡Atrévete a descubrirla!